ZOONOSIS MICOTICA
DERMATOFITOSIS (TIÑA)
La dermatofitosis, más conocida vulgarmente como tiña, es una infección producida por hongos (micosis), que afecta a la piel de las personas y animales. Es una infección usualmente contagiosa superficial de la epidermis queratinizada y de anexos queratinizados (pelos y uñas) producida por un grupo de hongos llamados dermatofitos.
Características:
Los hongos responsables se denominan dermatófitos, los cuales se caracterizan por tener una gran afinidad por estructuras corporales que poseen una proteína, la queratina, que es su principal fuente de alimentación. Estas estructuras son el pelo, las plumas, la uña, y la capa más superficial de la piel, llamada estrato córneo.
Así, la tiña es más frecuente en individuos jóvenes, los cuales aún no han desarrollado completamente sus capacidades de defensa. Del mismo modo, los animales mal nutridos y aquéllos que padecen alguna enfermedad grave son más susceptibles de enfermar, al poseer unas defensas menos eficientes. Se pueden mantener viables durante años en objetos que contengan restos de grano de cereal, cabello desprendido, escamas córneas, restos de plumas, paja, etc. Protegidos de la desecación pueden vivir en suelos de madera de aseos, vestuarios, alfombras y esterillas durante un tiempo considerable.
Clasificación:
Los dermatofitos están incluidos en tres géneros:
1.-Microsporum
Microsporum canis
2.-Trichophyton
Trichophyton rubrum
Trichophyton tonsurans
Trichophyton interdigitale
Trichophyton mentagrophytes
3.-Epidermophyton
Epidermophyton floccosum
Etiología:
Cuando un individuo toma contacto con un dermatófito, no siempre se desarrolla una infección. Distintos mecanismos de defensa, como las secreciones de distintas glándulas de la piel, actúan dificultando que el hongo se multiplique. Así, los animales que son bañados con una frecuencia excesiva utilizando champús inadecuados son más susceptibles a esta enfermedad, ya que el exceso de baños elimina de la superficie cutánea el sebo protector e incrementa la humedad relativa en la piel.
Sintomatología
Las sintomatologías más frecuentes son las comezones, ardores, rubefacciones (enrojecimientos dérmicos), descamaciones, agrietamiento e incluso olores desagradables, todos estos síntomas pueden estar presentes en estas micosis o solo algunos de ellos.
La presencia de picor en las zonas lesionadas es variable, por lo que unos individuos se rascarán o lamerán las lesiones y otros no .Los perros pueden aparecer con las lesiones típicas descritas más arriba. En algunos casos menos frecuentes la enfermedad se manifiesta como un querión, nódulo con una inflamación muy intensa; usualmente el dermatófito responsable de un querión es Microsporum gypseum. Más raramente aparecen granulomas, nódulos con inflamación menos intensa que el querión. Las localización corporales más frecuentes en perros son la cara, orejas, patas y rabo.
Los gatos también pueden presentar las lesiones típicas, frecuentemente cubiertas por costras, y localizadas en cabeza o extremidades
Diagnostico
Cuando no se ha sido capaz de diagnosticar la enfermedad, el paso siguiente es realizar un cultivo de pelos recogidos de los bordes activos de la lesión, a fin de comprobar si crece un dermatófito. En cualquier caso este es el mejor método de diagnóstico.
Tratamiento
Habitualmente responden bien a los tratamientos con antifúngicos (o antimicóticos). Actualmente existe una gran variedad de compuestos aplicables tanto por vía tópica como oral, de gran efectividad: griseofulvina, azoles, tolnaftato, alilaminas, clotrimazol, ciclopirox, etc
Prevención de zoonosis
Por otro lado, no debemos olvidar la importancia de la desinfección del ambiente en contacto con el animal, mediante lejía doméstica diluida al 1/10, aerosoles de enilconazol, o algún desinfectante para uso en locales donde residen animales de compañía
Evidentemente, ante un perro o gato con tiña en el hogar, se deben extremar las condiciones de higiene, lavándose siempre las manos y brazos después de haber tenido contacto con el enfermo. La presencia de niños pequeños, más susceptibles a la enfermedad que los adultos, aconseja que tengan el menor contacto posible con el animal hasta que este se cure, además de las normas de higiene normales.
Las personas se tratan con los mismos medicamentos que los animales y con protocolos similares. En lesiones localizadas se aplica sólo un tratamiento tópico a base de pomadas, las cuales se deben aplicar no sólo en la lesión sino ampliamente alrededor de ella, ya que se sabe que el material infectivo se encuentra hasta a 10 cm de la lesión. Los procesos más extensos requerirán combinar un tratamiento tópico con uno sistémico.
viernes, 9 de octubre de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario